Artesania marroqui

De Ouarzazate a Marrakech cruzando el Atlas


A 2km de Zagora paramos en una cooperativa de vasijas en la que varias familias trabajaban sacando trabajos de alfarería por un tubo (Tallin, platos, ceniceros…).
Artesano Marroqui
Artesano Marroqui

Tras eso la foto obligada con el famoso cartel de “Desde aquí a Tombouctu, 52 días en camello” recordando los antiguos viajes de las caravanas de mercaderes y desde alli seguimos camino a Ouarzazate por una pista que atravesaba poblados ocultos entre increíbles palmerales y caminos estrechos de arena. Vamos, el día perfecto para asentar el estómago de bego, que se había levantado sufriendo el llamado mal marroquí. Creo que en un par de bromas que hice cogiendo un desnivel un poco rápido para hacer la gracia y levantar un poco la rueda, tuve una sensación extraña de pitido en el oido izquierdo.

cartel marruecos
Esa pista acabó en un río que tuvimos que vadear, quien dijo que no íbamos a hacer off-road en este viaje?
Rio Marruecos

Rio Marruecos
Cruzando el Atlas

Hoy por fin vamos a cruzar el alto atlas asi que hemos tomado el desayuno de los campeones antes de montar todo el equipaje de nuevo y tirar para Marrakech.

Taller moto marroqui
Puesta a punto de las motos
 
La primera parada fue bastante cómica, Zaid nos llevó a un taller mecánico donde parecía que paraban todos los todoterrenos que venían del desierto. Alli nos hicieron una limpieza de filtros y de cadena que ni la bmw y eso que en un principio no nos daba mucha tranquilidad el ver que estaban desmontando las motos como quien intenta montar un huevo Kinder, pero luego vimos que no era la primera vez que tocaban una máquina de esas y pudimos tomarnos el té tranquilos (si, como lo ois, en el taller también nos dieron té).
Vista ciudad marruecos
Ait Ben Hadou

Antes de comenzar la subida, paramos en Ait Ben Hadou, donde fuimos a ver la Kasbah mas enorme del viaje y en la única que entramos a perdernos por sus callejuelas. Fue increíble, vimos como hacen el pan en hornos excavados en la roca y cuando conseguimos llegar hasta media altura la vista del rio y el palmeral era increíble, vamos, como para hacerte un apartamentito de veraneo.
alto atlas en moto

Y por fin, el Alto Atlas, 100km de curvas y mas curvas con un paisaje que se iba haciendo mas pirenaico a medida que ganábamos altura. El punto mas alto del Atlas está a unos 2500 m asi que no nos extrañó ver nieve coronando las cumbres.

alto atlas

Alli paramos a comer en un pueblo que me recordó a los antiguos pueblos de Alaska donde los buscadores de oro montaban los campamentos para preparar las partidas que subían a las montañas. La gente pululaba por todos lados, cargaba carros, se apiñaba en las escaleras de entrada a las casas (de madera y no de adobe, por cierto) y sobre todo miraba las motos con una mezcla de dejavu (anda que no habrán visto ya moteros por ahí) y curiosidad. Comimos en un sitio que echaba para atrás solo de ver toda la carne que tenía colgada en la calle junto a una barbacoa gigante que no paraba de humear. Sin embargo, una cosa que me ha gustado de Marruecos es que en este pais no te puedes fiar de las apariencias y un ejemplo es que ese día comimos una de las mejores parrilladas de carne de todo el viaje, y todo esto bajo la mirada atenta de los picos imponentes del Atlas, super chulo.

Vista montañas marruecos

Montañas marruecos


La entrada a Marrakech fue apoteósica, el coche de apoyo pinchó una rueda asi que estuvimos un rato esperando frente a un control de policía a los que no tardamos mucho en llamarles la atención y en 5 minutos teníamos a uno de ellos preguntandonos cosas extrañas (pena de cámara de video para grabar el momento de mi hermano intentando hacerse entender con el poli). Yo le intenté adornar las 4 palabras que había aprendido, pero no fue suficiente y tras muchos gestos y risas decidió dejarnos en paz.

Señal Marrakech

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