Marsala
Elegimos Marsala para pasar un par de días en la playa y relajarnos un poco antes de volver al turismo de «piedras» como le llamamos nosotros. Acertamos de pleno con el campamento base, el B&B Voglia di Mare nos permitió disfrutar de un precioso apartamento alejado del bullicio con acceso a una playa impresionante y nada poblada desde donde disfrutamos de paseos, atardeceres y rica pizza en los restaurantes cercanos.
Marsala es conocida por su epoca fenicia y sus continuos intentos de conquista por los romanos. La entrada a la ciudad se realiza por una de las puertas antiguas que nos permiten disfrutar imaginando la magnificencia de la epoca.


Desde Marsala contratamos una excursión de día para visitar las distintas islas que se encuentran frente a la costa. Sabeis ese punto de todo viaje en el que piensas…»mierda, me han timado»? Pues asi empezó nuestro día. Llegamos a las 9am al puerto de marsala para buscar la empresa con la que habíamos contratado la excursion. Ni rastro de carteles ni nada que se le pareciera, un montón de sicilianos mirando las motos con interés y malas pintas y ningún atisbo de conseguir un angloparlante a km a la redonda hicieron temblar lo que se esperaba como un día de relax y disfrute marítimo.

Al final conseguimos medio hacernos entender con un grupo de lugareños que nos dijeron que esperáramos a que nos buscaran otro barco porque el que habíamos contratado no podía salir o no se había llenado …o que se yo. De pronto nos vimos unidos a una familia de italianos que habían contratado un barco de pesca para hacer mas o menos la misma ruta asi que con bastantes reservas nos subimos a bordo…y resultó ser el mejor día de todas las vacaciones.
Desde Marsala visitamos lo que llaman las Islas Egadas, en concreto Favignana donde pudimos disfrutar de las calas mas bonitas que he visto nunca. Nuestra preferida, cala rossa, un rincon de agua turquesa donde podías recuperar un euro caido al fondo de lo bien que se veía. Además disfrutamos de una comida increible a bordo y nos echamos unas risas con la tripulación y el grupo de italianos que eran encantadores.



Trapani – Erice – Palermo
Desde Marsala nos dirigimos hacia Trapani para ver sus salinas y comenzar ya nuestra ascensión hacia Palermo. Al final llegamos casi atardeciendo porque el relax del día anteríor nos hizo parar en mas de una playa que veíamos por el camino para comparar los tonos de turquesa que recordabamos de Cala Rossa, descubrimos playas increibles, pero ninguna como la de Favignana.


Palermo nos dio la bienvenida que esperábamos, una ciudad con aire gris mafioso pero con un fondo increible. Nos quedamos con pena de no dedicarle mas tiempo que una tarde pero el tiempo apremiaba y teníamos que coger el ferry de vuelta a Civitavecchia. Me quedo con La Vucciria que es un mercado callejero de los que te hacen volver atrás en el tiempo (entre la Via Roma, Plaza de San Domenico y Corso Vittorio Emanuele), las catacumbas de los capuchinos (nos dejaron el estomago muy revuelto pero aun asi es una visita increible) y la Quattro Canti o Piazza Vigliena con los cuatro palacios barrocos que forman sus esquinas (Cruce de Corso Vittorino Emanuele con Via Maqueda).

Vuelta a civitavecchia
En Civitavecchia pasamos un dia asi que aprovechamos para darnos un ultimo paseo hasta el lago Bracciano, visitando el Castello Odescalchi y haciendo la última turistada via alquiler de pedaló para bañarnos en el lago. La verdad es que lo tienen montado estupendamente y pasamos un dia de lo mas entretenido. Un bonito colofón para este viaje que nos ha enseñado la parte mas auténtica de italia. El proximo nos tocará el tacón, nos han dicho que hay unas playas increibles en esa parte 😉 …pero eso será otro post.